En este artículo abordaremos los cipreses para vallas en Valencia. Las claves para una valla verde y duradera en el clima valenciano.
La búsqueda de privacidad y la creación de barreras naturales son dos de las aspiraciones más comunes al diseñar o renovar un jardín en nuestra área de influencia, desde las urbanizaciones de Sierra Perenchiza o Cumbres de Calicanto hasta los chalets en Torrente o Montserrat.
En este contexto, el ciprés es una de las coníferas más demandadas. Este se erige como una solución clásica y altamente eficaz, aunque su éxito depende de una correcta elección de la variedad y, sobre todo, de un manejo adecuado desde su plantación.
En Jardinería Tot en Ú, con nuestra experiencia diaria, hemos asesorado en innumerables proyectos de ocultación vegetal. Comprendemos que un seto no es una simple fila de árboles, sino una estructura viva que debe ser funcional, estéticamente agradable y, fundamentalmente, sostenible en el tiempo bajo las condiciones del clima mediterráneo.
No todos los cipreses son iguales.
Elección estratégica de la variedad de ciprés.
El primer paso, y quizás el más determinante, es la selección de la especie. Aunque genéricamente hablemos de ‘ciprés’, existen diferentes opciones con comportamientos y requerimientos distintos, una información crucial para el profesional y una guía indispensable para el particular.
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Cupressus sempervirens (Ciprés común o mediterráneo):
Es la imagen por excelencia del paisaje mediterráneo. Su porte columnar y elegante lo hace ideal para setos formales y de gran altura.
Es extremadamente resistente a la sequía una vez establecido, un factor clave en nuestra zona. Sin embargo, su principal vulnerabilidad es su sensibilidad al hongo Seiridium cardinale, conocido comúnmente como la ‘seca del ciprés’, que puede causar el pardeamiento y muerte de ramas enteras.
Una buena circulación de aire y evitar heridas en la corteza son sus mejores defensas.
Los tenemos disponibles en diferentes alturas y formatos de maceta. Al estar perfectamente enraizados en sus contenedores, pueden ser plantados, según las necesidades puntuales… en cualquier época del año. El surtido en altura del ciprés es de 80 – 100 centímetros a 2,25 – 2,50 metros de altura, en un tamaño de contenedor de 14 a 22 centímetros respectivamente.
Como últimamente se está imponiendo la plantación en la época invernal, disponemos de un formato especial para ello, un formato económico de bandeja de 72 alveolos con una altura entre 50 y 60 cm.
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Cupressocyparis leylandii (Ciprés de Leyland o Leylandi):
Probablemente la opción más popular hoy en día para la creación de setos y por buenas razones. Este híbrido destaca por su extraordinario vigor y rápido crecimiento, permitiendo formar una pantalla densa en un tiempo récord.
Su follaje es más suave al tacto y tolera la poda de forma excelente, lo que permite mantenerlo a la altura y anchura deseadas con facilidad. Es más resistente a la ‘seca’ que el sempervirens, aunque demanda riegos más regulares, especialmente durante los primeros años y en los veranos más rigurosos.
Su velocidad de crecimiento exige un compromiso de poda anual para evitar que se descontrole y pierda densidad en la base.
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Cupressus macrocarpa ‘Goldcrest’ (Ciprés limón):
Para aquellos proyectos donde la estética busca romper con la hegemonía del verde oscuro, el Ciprés limón se presenta como la opción cromática por excelencia.
Su follaje verde-lima, que se torna dorado bajo el sol, y su característico aroma cítrico al rozarlo, lo convierten en una elección que aporta una dimensión sensorial única.
Un seto de ‘Goldcrest’ es una declaración de intenciones: crea una barrera luminosa, vibrante y fresca. Es el seto de la luz y el aroma.
Sin embargo, desde un punto de vista técnico y profesional, es fundamental señalar que es un seto más exigente que los anteriores. Su éxito en el clima valenciano depende de un control más meticuloso del riego, ya que es más sensible tanto a la sequía como al encharcamiento.
El punto más crítico, y que todo profesional debe tener en cuenta, es su nula capacidad para rebrotar de la madera vieja. Un error en la poda que deje una zona ‘pelada’ o la pérdida de un ejemplar creará un hueco permanente en el seto.
Por ello, lo recomendamos para jardineros meticulosos o para proyectos de ocultación de menor envergadura donde su espectacular belleza justifique un mantenimiento más atento y preciso.
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Otras alternativas a considerar:
Para proyectos específicos, existen otras coníferas que cumplen una función similar. La Thuja orientalis (Tuya) ofrece una textura diferente y un crecimiento más contenido, ideal para setos de menor altura.
Por su parte, el Cupressus arizonica (Arizónica), con sus tonalidades más azuladas o plateadas, presenta una gran rusticidad y adaptabilidad a diferentes suelos.
La plantación de los cipreses.
El momento idóneo para la plantación en el clima valenciano es el otoño. El suelo aún conserva calor del verano, pero las temperaturas ambientales son más suaves y las lluvias suelen acompañar. Esto permite que las plantas desarrollen un sistema radicular fuerte antes de la llegada del calor estival.
El marco de plantación es un detalle técnico fundamental. Una distancia demasiado corta entre ejemplares provocará una competencia excesiva por luz y nutrientes, resultando en setos que se ‘pelan’ por la base. Para un Leylandi, una separación de 60-80 cm es adecuada para un cierre rápido y denso. Para el sempervirens, podemos ampliarla hasta los 80-100 cm.
La preparación del suelo no debe subestimarse. En muchos de nuestros suelos, a menudo arcillosos, es vital asegurar un buen drenaje. Excavar una zanja en lugar de hoyos individuales facilita esta labor y promueve un crecimiento más homogéneo.
La incorporación de un sustrato de calidad específico para plantación o enmiendas como la arena de río en el fondo de la zanja marcará la diferencia en el desarrollo inicial. En nuestro centro de jardinería, disponemos de las mezclas adecuadas para garantizar este arranque.
Mantenimiento del seto de cipreses.
Un seto de cipreses es una inversión a largo plazo que requiere cuidados constantes pero sencillos si se realizan correctamente.
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La poda:
Es la tarea clave. Se deben realizar podas de formación durante los primeros años para guiar el crecimiento y fomentar la densidad desde la base. Una vez establecido, la poda de mantenimiento se realiza una o dos veces al año.
La técnica profesional dicta que el seto debe mantener una forma ligeramente trapezoidal, con la base más ancha que la copa. Esto asegura que la luz solar alcance las partes inferiores, evitando la pérdida de follaje en esa zona.
Es crucial no realizar podas drásticas sobre madera vieja, ya que el ciprés tiene una capacidad limitada para rebrotar desde estas zonas.
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El riego:
Durante el primer y segundo año, el riego debe ser constante para asegurar el arraigo. Un sistema de riego por goteo es la solución más eficiente, aportando agua directamente a la raíz y evitando mojar el follaje, lo que podría favorecer la aparición de hongos.
Un ejemplar adulto de sempervirens es muy resistente, pero un Leylandi siempre agradecerá riegos de apoyo durante las olas de calor.
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Fertilización y tratamientos:
Un abonado equilibrado en primavera y otoño, con fertilizantes de liberación lenta ricos en nitrógeno, potenciará un verde intenso y un crecimiento saludable.
La vigilancia es clave para detectar a tiempo plagas como el pulgón o los primeros síntomas de enfermedades fúngicas.
Para grandes superficies o setos de gran altura, en Tot en Ú contamos con servicios avanzados, que permiten una cobertura total y eficiente.
Desde el diseño inicial hasta el mantenimiento a largo plazo, el seto de cipreses es un elemento transformador en cualquier espacio exterior.
Nuestro equipo en Jardinería Tot en Ú está a su disposición en nuestras instalaciones de Picassent para asesorarle en la elección de las plantas, los sustratos, el sistema de riego y todas las herramientas necesarias para que su proyecto, ya sea de bricojardinería o a nivel profesional, sea un éxito rotundo y duradero.